28 marzo 2008

DIA DEL JOVEN COMBATIENTE

Desde semanas antes de la conmemoración del “Día del Joven Combatiente”, las autoridades gubernativas desplegaron una gigantesca campaña destinada a confundir y asustar a la población con la realización de una supuesta acción coordinada y organizada con el fin de causar daños a la gente y que por tanto la gente se abstuviera de protestar. La derecha también verborreó sobre la violencia que se desencadenaría.
Todos los actos “vandálicos” dijeron, son “responsabilidad de los activistas que llaman a protestas que no tienen sentido”, delincuentes, ladrones, saqueadores, en fin todos los epítetos posibles.
La desfachatez y el carepalismo con que se trata a aquellos que llamamos a conmemorar el “Día del Joven Combatiente, a protestar contra el negocio del Transantiago, y a los que participaron en esta jornada, no tiene límite.
Nos hablan de delincuencia y robos, aquellos que se han robado, la plata de Chile deportes, MOP- GATE, la plata que existía para generar empleos, cuyos recursos llegan a los más pobres y muchos robos más.

DECLARACION COMPLETA AQUI

26 marzo 2008

EN ARGENTINA...... SUCEDE AUN

Desde la Asociación de Ex Presos políticos de Córdoba convocamos para hoy jueves 27 de marzo a las 18,00 hs en Colón y Gral Paz

NOS MOVILIZAMOS:

* Por la defensa de la democracia

* Contra el proyecto monopólico de la Sociedad Rural, cómplice de los militares genocidas de 1976.

*Contra el intento golpista de la oligarquía agroexportadora

* Por la libre circulación de alimentos en todo nuestro país

* Por el apoyo a los pequeños y medianos productores que están siendo ultilizados por los "patrones del campo": los terratenientes

* Por la participación democrática en un proyecto de Liberación Nacional


SI A LAS RETENCIONES A LOS GRANDES PROPIETARIOS Y EXPORTADORES

NO AL INTENTO GOLPISTA DE CARRIO Y MACRI

25 marzo 2008

La CIA: “Somos nosotros los que preparamos la insurrección en el Tibet”

En 1951, los comunistas tomaban el poder en el Tibet. En el curso de los dos siglos anteriores, ni un solo país en el mundo había reconocido al Tibet como un país independiente. Durante estos doscientos años, la comunidad internacional había considerado el Tibet como una parte integrante de China o, al menos, como un Estado vasallo. Ya en 1950, India afirmaba que el Tibet era una parte integrante de China. Inglaterra que, hacía cuarenta años que ocupaba una posición privilegiada en el Tibet, siguió la posición india al pie de la letra.

Tan sólo los EEUU se mostraron vacilantes. Hasta la Segunda Guerra mundial, consideraron al Tibet como una parte de China e incluso frenaban a Inglaterra sobre sus avances en el Tibet. Pero, tras la guerra, los EEUU quisieron hacer del Tibet un enclave religioso contra el comunismo.

Contrariamente a lo que ocurre con la cuestión coreana, donde fueron completamente aislados. No consiguieron establecer ninguna coalición internacional. En 1951, la mayor parte de la elite tibetana, incluyendo la Asamblea General ampliada, aceptó el acuerdo de negociar con China una “liberación pacífica”.

Pero esto cambio cuando, en 1956, las autoridades decidieron aplicar una reforma agraria en los territorios tibetanos de la provincia de Sicuani. La elite local no aceptó que sus propiedades y sus derechos se vieran afectados. Estos hechos condujeron al levantamiento armado de 1959.

La revuelta armada se preparó durante varios años, bajo la dirección de los servicios secretos americanos, la CIA. Esto aparece claramente descrito en « The CIA's Secret War in Tibet » (La guerra secreta de la CIA en el Tibet) de Kenneth Conboy (University Press of Kansas, 2002, 300 páginas) una obra sobre la cual el especialista de la CIA, William Leary, escribió “Un estudio excelente e impresionante sobre una de las operaciones secretas de la CIA más importante durante la guerra fría”.

Otro libro, « Buddha's Warriors – The story of the CIA-backed Tibetan Freedom Fighters » (Los guerreros de Budha – La historia de los combatientes tibetanos de la libertad apoyados por la CIA), de Mikel Dunham (Penguin, 2004, 434 páginas) explica cómo la CIA llevó cientos de tibetanos a los EEUU, les condujo y les armó, les mandó paracaídas cargados de armas sobre su territorio, les formó en la utilización de las armas de fuego a la vez que se movían a caballo, etc.

El prólogo de esta obra ha sido redactada por “su Santidad el Dalai-Lama”. Sin duda este último considera un honor el hecho que la rebelión separatista armada haya sido dirigida por la CIA. En el prólogo, escribe “Aunque tenga el profundo sentimiento que la lucha de los tibetanos sólo podrá triunfar por un enfoque a largo término y utilizando medios pacíficos, siempre he admirado estos combatientes de la libertad por su valor y su determinación inquebrantables” (página XI).
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