17 agosto 2006

LINUX



Que más del 90% de las personas utilicen microsoft windows en cualquiera de sus versiones podría ya derribar absolutamente este mensaje. Según estadísticas que he revisado por ahi, del resto del porcentaje más o menos la mitad utilizan el sistema operativo de apple (o sea mac) y el resto linux (y un porcentaje ínfimo otros sistemas).

Ahora podríamos preguntarnos... ¿Por qué razón pasa esto? ¿Por qué usar un sistema que tiene código cerrado, o sea, solo los ingenieros de la compañía solucionan los múltiples problemas? ¿Por qué usar un sistema que vale mucho dinero, pudiendo utilizar uno gratuito? ¿Por qué seguir con ventanas azules de errores, virus, troyanos, spywares, incompatibilidades siendo que podemos tener un sistema seguro, estable, sin virus, sin spywares ni troyanos?

La respuesta es simplemente por una cuota de desconocimiento, una pizca de miedo para utilizar un sistema distinto y una buena dosis de flojera que no querer cambiar un status quo reinante (esto parece una receta de cocina).

Pues como yo no vengo a vender sino que a regalar, ofrezco mi experiencia y unos enlaces muy buenos para que se decidan de una vez por todas a probar para que tengan la libertad de elegir, en vez de probar por estar forzados a mantenerse.

Presento al sistema operativo LINUX que quizás más de alguno a escuchado nombrar, pero que nunca lo han visto funcionando. Podemos decir que es un sistema operativo muy similar a windows en muchos aspectos, pero que funciona en su estructura interna de otra manera. Lo importante a considerar es que existen muchas versiones que se basan en linux y que arbitrariamente hablaré de 2 de ellas... de Ubuntu y de Suse Linux.
Ubuntu es una distribución de linux gratuita conformado por una comunidad de usuarios que participan en el desarrollo de la misma. Básicamente en linux encontramos 2 entornos gráficos importantes el Gnome y el KDE, utilizando ubuntu especialmente Gnome. Cada 6 meses realiza el lanzamiento de nuevas versiones, manteniendo por 18 meses soporte por ellas. La última es de 1 de junio de 2006 (hace poco) y es la 6.06 . Existen distribuciones que se bajan gratuitamente de diversos sitios de internet para computadores x86 (pentium y amd normales), 64-bits (para ese tipo de procesadores) y PowerPc (Mac).

Lo que más interesa destacar es la posibilidad de instalarlo en un computador conjuntamente con windows, pudiendo tener y testear este sistema operativo sin eliminar windows. La instalación es mucho más sencilla que la del propio windows.

Sin embargo si cree que esto podría ser complejo o tiene miedo de "echar a perder el computador", existe una versión llamada LIVE que significa que accede al sistema operativo desde el cd sin instalar nada en el computador. Puedes navegar por internet, escuchar música, escribir en el procesar de textos, grabar un cd y más sin necesidad de instalar nada... extraordinario. Y si te gusta lo puedes instalar. Bueno, Bonito y Gratis.... todo es 1 solo cd y hasta actualizable por internet... uff...

Suse Linux . Tiene las mismas características que ubuntu, solo que su versión es mucho más completa porque la instalar puedes elegir Gnome o KDE como entorno gráfico (yo prefiero KDE porque es más bonito jejeje). También se actualiza por internet, obviamente al igual que ubuntu está en español, es gratis y existe para las distintas plataformas de procesadores. Existe una versión de 1 cd que también es LIVE (se usa sin instalar nada) especial para desconfiados y aprendices. Sin embargo la versión completa es de 5 cds o 1 dvd que puede bajarse desde internet en descarga directa o via torrent (para que vean que torrent son legales jejeje). Realmente fantástico porque incluye muchos programas que reemplazan al 100% los de windows y tiene la posibilidad de agregar más de forma muy simple, fácil y gratuito... que más. La última versión es la 10.1

Asi es que mi desafío es que prueben alguna de las múltiples versiones de linux, vean que su utilización es mucho más fácil de lo que creen y que no está desarrollado solo para "cerebritos" o "nerds", sino para gente como ud. o como yo..

Rasgando vestiduras (chiloe, chiloe)

Me sorprendió la actitud del Gobierno cuando señaló sin tapujos que el puente no se iba a construir. Al pan=pan y al vino=vino, actitud a la que no estábamos acostumbrados desde hace tiempo. Un ministro con cuero duro, que conoce su tema, y frente a las cámaras lo vemos terminar una larga sarta de dimes y diretes que se daban desde que Lagos era ministro de Frei.
Claro, mantener el sueño del pibe era más substancioso políticamente, para la forma como hoy se llevan los gobiernos. Todos los señores políticos que hoy rasgan vestiduras y toman la comandancia de esta República Independiente Chilota pudieron escuchar lo que nosotros le estamos vociferando, hace casi una década:
-El puente es inviable económicamente.
-No es prioridad para estos tiempos.
-Mejoremos las formas de conectividad abandonadas.
-Invitemos a Chile a incorporarse a Chiloé.
-Nuestra mejor carta económica está en el mundo que hemos heredado como biogeografía, historia y cultura. Invitemos a la globalización a nuestro escenario.
Por eso somos República Independiente. Los que rasgan vestiduras han gobernado durante estos años para mejorar la condición de las empresas instaladas en Chiloé, " pero no para quienes crean la riqueza de esas industrias".
El 80% de las empresas salmoneras quebrantaron el año pasado la ley laboral. Una gran cantidad de ellas engañó al Estado declarando producciones hasta 12 veces inferiores a las reales.

Usurpada

Nuestra República Independiente ha sido usurpada en sus más preciados bienes materiales. Ha sido patio de colonialistas, mercado de negociantes y ahora, pilón industrial. Quienes deseen levantar la bandera de Chiloé -que no es negra- sólo serán creíbles si lo hacen en la defensa de los intereses internos de la isla, en nuestros más prístinos valores y necesidades que se han decantado históricamente.
Chiloé no será más civilizado si se acerca más a Chile, si tiene un puente o iza bandera española. Integración significa diálogo, encuentro, en nuestras diversidades y modos de entender el desarrollo. Ese es el gran puente.
Entramos a un siglo donde las sociedades exigen la recuperación de los fundamentos de sus identidades y la lectura crítica de una historia que fue arraigando valores y dando sentido a las vidas individuales en el tiempo.
Nuestra historia regional está rodeada de aguas y carreteras marinas. Los chilotes tenemos al mar como un aliado. Por miles de años la gente ha vivido a la orilla del mar, en las costas orientales de nuestras islas. El mar ha sido puente y fuente alimenticia; hábitat y matriz de vida. Hoy el mar y sus contextos se habilitan como un fuerte soporte turístico. El Canal de Chacao y todos los otros canales son importantes fortalezas para hacer navegar al visitante.
Cada proyecto de desarrollo que quiera asumir destinos para esta región debe reflexionar desde la complejidad cultural, histórica y medioambiental porque Chiloé es mucho más que una geografía que pueda resolverse desde mapas intervenidos a mil kilómetros de distancia.
El Gobierno nunca habló con nosotros. Hablo de quienes nos hemos dedicado ha difundir la memoria de esta 'República', a crear la cultura y las artes de mañana, a pensar a Chiloé a partir de su historia y sociedad.
El Gobierno habló entonces con los que ahora bloquean los caminos, con los parlamentarios, pero no con nosotros ni tampoco con la gente común. Por eso cuando el ministro Bitrán mira a nuestros ojos para decirnos la verdad, nos sorprende por la franqueza con que enfrenta el tema, a pesar de los costos políticos inmediatos que pueda tener esta decisión realista.

Los chilotes

¿Qué queremos los chilotes?
1.- Todos ponen la prioridad en un hospital, pero no sólo una casa grande como la que se está construyendo. Necesitamos AQUÍ a los especialistas y a la tecnología.
2.- Paso expedito por Chacao. Las rampas han sido abandonadas por décadas sin mantenimiento. Esas instalaciones son antediluvianas, están obsoletas, requieren ser repuestas previo un estudio que indique la parte más angosta y segura del canal para construirlas. Los operadores del Canal creen que un embarque en Punta Coronel podría reducir el cruce de 35 ó 40 minutos actuales, a sólo 15.
A esto se debe agregar la renovación de los transbordadores que están en actividad, mejorando su capacidad, velocidad y modernizando, en general, su arquitectura.
3.- Paralelamente a esto se requiere una doble vía hacia Chiloé.
4.- Un aeropuerto es la única herramienta eficaz para traslados rápidos y emergencias. 5.- Apoyar la instalación de una Universidad ojalá estatal.
6.- Estudiar formas eficientes y rápidas de conectividad entre las islas. Analizar la situación de la isla Quinchao donde un puente pareciera ser la fórmula más adecuada.
7.- En el tema productivo, evaluar los impactos que genera la industria en el medioambiente y en la sociedad.
8.- Levantar un programa de recuperación de la pequeña agricultura que evite la intensiva venta de la propiedad rural y la obligada dedicación de los jóvenes al trabajo salmonero, por salarios mínimos. Desarrollar nuevas formas productivas basadas en nuestros recursos naturales y culturales.
Un gobierno desde Chiloé, para Chiloé y con Chiloé.
El giro que ha tenido la expectativa de puente ha generado un foco de atención nacional hacia Chiloé. Un buen punto para que este gobierno asuma su responsabilidad política hacia una región que aporta con creces las divisas para hacernos un país exitoso.
Chiloé es, por sobre todo, un territorio que está siendo muy deteriorado por la irresponsable acción industrial y merece una fiscalización por parte del Estado. Este mismo suelo puede ser una mina de oro para los chilotes de las futuras generaciones que, por ahora, son sólo mano de obra.
Necesitamos aquí un gobierno con opinión, con propuestas, con mando político.
Integremos, a partir de esta coyuntura, al estado chileno a trabajar con nosotros el desarrollo de Chiloé.
Necesitamos autoridades que piensen desde dentro y no sólo sean administradores, que no sólo cumplan con las ordenanzas que llegan de Santiago; que aprendan a escuchar a los que construyen con su trabajo, su reflexión y su creatividad el destino de Chiloé.
Por RENATO CÁRDENAS ÁLVAREZ
Consejero Regional de Cultura

16 agosto 2006

Ganadores y perdedores

En las guerras siempre hay ganadores y perdedores. No se puede ocultar. Se ve en las caras. Está en las fotos que llegan desde el frente. Está en la mirada extasiada de la niña que exhibe el poster del líder de Hezbolá desde el asiento de atrás de un auto. Está en las miradas vacías, de serena alegría, de soldados israelíes que se despiden del Líbano, especialmente en los ojos del pelado que alza el brazo y muestra dedos en v, como pidiendo un poco de paz. Está en el gesto desafiante del militante chiíta que flamea una bandera roja y amarilla sobre una pila de escombros en Beirut, como si fuera George W. Bush con casco de bombero y megáfono, arengando a la tropa sobre las ruinas humeantes de las Torres Gemelas.

Israel entró en guerra con el Líbano el 12 de julio con los siguientes objetivos: obtener la liberación de dos soldados capturados el día anterior, silenciar los Katiushas que lanzaba la guerrilla desde el otro lado de la frontera y, por añadidura, desarmar a Hezbolá. No logró ninguno.

Hezbolá entró a la guerra con los siguientes objetivos: provocar una invasión terrestre que legitime su accionar y resistir el ataque de Israel hasta lograr un cese del fuego pactado por la comunidad internacional. Los objetivos se cumplieron. Ahora el mundo tendrá que sentarse a negociar con Hezbolá.
Articulo completo en: Pagina12

14 agosto 2006

La muerte en Bagdad, o de cómo la democracia dejó sin trabajo a la peste

Por una vez voy a contar un cuento.
Hace muchos años se desató en Bagdad una epidemia de peste. La Muerte, a la que hay que imaginarse antigua, amenazadora y familiar, vestida de hopalanda negra y armada de guadaña, iba de casa en casa golpeando las puertas con sus nudillos descarnados al tiempo que anunciaba su presencia con un siniestro vozarrón: "No hay más muerte que la Muerte y la Peste es su profeta". Y uno a uno muchos bagdadíes habían perdido ya la vida.
Un día la Muerte acudió a casa de Redwan, un niño de doce años que se disponía a salir a la calle para ensillar con sus amigos un caballo blanco. "No hay más muerte que la Muerte y la peste es su profeta", gritó la muerte y citó a Redwan esa tarde a las cinco en el mercado de Al-Karrada. Redwan, que había leído la vieja historia del soldado en Samarkanda, aceptó que no había escapatoria, corrió a despedirse de sus camaradas, se comió una rodaja de sandía y se encaminó valeroso a su cita.
Pero Redwan nunca llegó al mercado.
"No hay más muerte que la Muerte y la Peste es su profeta", voceaba por su parte la Muerte mientras avanzaba puntualísima, minutos antes de las cinco, hacia Al-Karrada. Pero hete aquí que de pronto un alboroto de albórbolas y llantos la detuvo al borde de una plaza. La Muerte sintió sorpresa y después cólera: una multitud estaba enterrando a cien bagdadíes –o 1000 o 10000, era difícil contarlos- que no había matado ella. ¿Quién se le había adelantado? ¿Quién había matado ese racimo de gente revolcada y ensangrentada? Era la Democracia, que había llegado a la ciudad. Sobre sus tanques de siete leguas, con su coro de aviones y misiles, alzada gloriosamente sobre un escaño de cráneos, anunciaba con altavoces la nueva ley de la nación: "hay más muertes que la Muerte y la Democracia es la más fuerte". Entre los muertos de la plaza, claro, se encontraba Redwan, que había creído ingenuamente en la verdad de los cuentos.
A partir de ese momento la Muerte llegó tarde a todas sus citas. "No hay más muerte que la Muerte y la Peste es su profeta", pero siempre se le había adelantado ya la Democracia. La vieja Muerte de hopalanda negra y armada de guadaña, la vieja Muerte de toda la vida que negociaba uno a uno los destinos individuales, la vieja muerte que imitaba trágicamente los usos de los enamorados, acabó medio loca, cojeando por las calles de Al-Karrada y Al-Muntasiriya, perseguida por un revuelo de niños y un trompeteo de marines.
Y desde entonces nunca nadie volvió a morir en Bagdad de muerte natural.
Por eso –escribía yo hace poco- las madres de Bagdad, de Ramada, de Al-Qaim, de Faluya, cuando sus hijos no quieren comerse la sopa, les amenazan: "Come, niño, come, que viene la Democracia". Y cuando no quieren irse a la cama, las madres de Bagdad, de Ramada, de Al-Qaim, de Faluya, les dicen: "Duerme, niño, duerme, que la Democracia está en el portal". Y cuando no quieren hacer los deberes, las madres de Bagdad, de Ramada, de Al-Qaim, de Faluya, les advierten: "Estudia, niño, estudia, que la Democracia ha derribado la puerta". Al final del cuento, todos los días, las madres de Bagdad, de Ramada, de Al-Qaim, de Faluya, les dicen a sus hijos con una brecha en la voz: "Cava, niño, cava, que la Democracia acaba de degollar a tu padre en el salón".
Esto no es un cuento. En los cuentos, un niño del tamaño de un lapicero derrota a dos gigantes: en Iraq los niños se desangran, con un tiro en el pecho, en las aceras. En los cuentos, un campesino valiente devuelve la risa a una princesa: en Iraq, los campesinos valientes son fusilados o acuchillados entre las espigas. En los cuentos, una doncella pobre conquista el amor de un rey: en Iraq las doncellas pobres son violadas por los soldados del emperador. En los cuentos, la justicia acaba construyendo una ciudad: en Iraq, la injusticia mejor armada de la historia bombardea todos los días quince ciudades con sus habitantes dentro. Todo esto está ocurriendo mientras lo escribo y está ocurriendo mientras ustedes lo leen. Todo esto está ocurriendo, aunque leerlo lo vuelva, de algún modo, inverosímil o increíble. Todo esto nos está ocurriendo a nosotros, aunque saberlo nos haga sentir paradójicamente protegidos. El que quiera sentirse indefenso, vulnerable, en peligro, el que quiera ser sujeto de una experiencia real, y no poder descansar ya nunca más, el que quiera dejar a un lado la cómoda media distancia de la compasión y dejarse palpar por la proximidad absoluta del horror, el que quiera sentirse concernido y a veces avergonzado e incluso acusado, tendrá que recurrir a las Crónicas de Iraq (Ediciones de Oriente y del Mediterráneo, 2006) de Imán Ahmed Jamás, la extraordinaria mujer gracias a la cual hacemos propio el dolor de un país en el que –no se me ocurre imagen más terrible- las madres han dejado de llorar y los padres han comenzado a hacerlo. El que prefiera sentirse fuerte, seguro, inocente, relajado, hermoso, bueno, elegante, basta con que se siente a contemplar alegremente la matanza.
Imán Jamás lleva la cuenta y nos revela que, en la batalla entre la Democracia y la Muerte, la Democracia ha matado mucha más gente. "Mamá, mamá", dice el niño, "de mayor quiero tener treinta años". "Mamá, mamá", dice el niño, "si he de morir antes, por lo menos que me lleve la Peste". Malos tiempos éstos en que la mayor parte del plantea siente nostalgia no sólo de una pared, de un fuego, de un zapato y de una sopa caliente; malos tiempos éstos en que la mayor parte del planeta siente nostalgia incluso de la Señora Muerte.

Santiago Alba Rico
Ladinamo