
Evo Morales calzando sencillas sandalias y ataviado como un sacerdote del Sol, recibió hoy el mando indígena y la bendición de los dioses andinos para que su gobierno sea exitoso y permita superar la pobreza de los pueblos originarios.
En una ceremonia realizada en el centro ceremonial de esta localidad ancestral, donde floreció la cultura tiwanaku entre los años 1500 antes de Cristo y 1200 de nuestra era, Morales fue reconocido por los pueblos originarios como su máxima autoridad.
Con su suéter a rayas, el presidente electo estuvo acompañado en la ceremonia por su hermana Esther pues el líderitual de la cosmovisión andina, que le entregaron cuatro "amautas" (sacerdotes).
Morales, quien este domingo juramentará ante el Congreso como nuevo jefe del Estado boliviano, participó en el ritual usando un gorro tradicional aymara o "chucu" con cuatro puntas, las cuales representan el control de los cuatro puntos cardinales.
En la primera etapa de la ceremonia indígena en Tiwanaku, ubicada a 71 kilómetros al oeste de La Paz, Esther Morales ayudó a su hermano a vestir el manto o "unku", que sólo fue utilizado hace 10 siglos por sacerdotes Inti (Sol) de la dinastía imperial de la etnia.
El "unku" fue elaborado de color rojo y tiene figuras de anacondas, que representan al Amazonas, y cóndores, que simbolizan el mundo andino, su cosmovisión y su magia en armonía con la naturaleza.
Hasta el centro ceremonial llegaron alrededor de 20 mil personas, que saturaron el servicio de transporte público para arribar a esta localidad boliviana y esperar con paciencia hasta 12 horas para presenciar el ritual de Morales.
La ceremonia, que estaba programada para iniciar alrededor del medio día, arrancó con casi 40 minutos de retraso cuando "El Evo" -como es conocido entre la población boliviana- apareció custodiado por cuatro personas.
Morales, quien al llegar a Tiwanaku dijo estar nervioso, lucía ensimismado en la ceremonia indígena que lo ungió como el máximo líder de los pueblos originarios en la Pirámide de Akapana, ubicada a un lado de las ruinas de la ciudad.
La seguridad de la ceremonia estuvo a cargo de unos mil indígenas y obreros de la minería a través de la denominada "guardia comunitaria", quienes crearon un primer círculo de protección apoyado por militares y efectivos de la Policía.
Luego de recibir los primeros honores por parte de los "amautas", Morales comenzó un recorrido hacia las ruinas de Tiwanaku rodeado de varios indígenas, quienes flamearon por todo lo alto las banderas de los pueblos originarios.
"El Evo", quien tenía en el cuello guirnaldas de varios colores, recibió también un báculo que representa el poder sobre las 36 nacionalidades, tierras bajas y altas de esta nación sudamericana, donde el 85 por ciento de sus habitantes tiene origen indígena.
El báculo, que le fue entregado a Morales por los "amautas", fue elaborado con oro de Consata, incrustaciones de plata pura de Potosí, basalto de un río cercano al Illimani, bronce de Oruro, cobre de Corocoro y madera preciosa del oriente boliviano.
El recorrido de Morales por las ruinas de Tiwanaku fue "secado" de manera previa con hojas de coca, la milenaria planta de los pueblos originarios bolivianos.
Los sacerdotes realizaron diversas ofrendas a la Pacha Mama (Madre Tierra) con fetos de llama que fueron dirigidos hacia diversos puntos de la ruinas, y luego lo abrazaron.
La ceremonia coronó la lucha tenaz de los pueblos originarios de Bolivia, tras más de 500 años de resistencia y sometimiento al poder de la minoría blanca, pues un indígena asumirá la Presidencia de Bolivia en representación de millones de sus hermanos.
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