11 febrero 2006

SURAMÉRICA: LA POTENCIA ECONÓMICA Y ECOLÓGICA DEL SIGLO XXI

SURAMÉRICA: LA POTENCIA ECONÓMICA Y ECOLÓGICA DEL SIGLO XXI

La Comunidad Suramericana de Naciones (CSN) es una iniciativa, aún no
materializada, sustentada en el criterio de que el Subcontinente
Suramericano es una de las zonas más valiosas en términos de biodiversidad
del planeta.

"Después de medio milenio de saqueo de los recursos naturales del
subcontinente americano por parte de las potencias coloniales y
neocoloniales" dice en sus considerandos, "las jóvenes repúblicas de la
región (que no superan los 200 años de vida independiente) tienen la
oportunidad de consolidar un bloque geopolítico que podría ser la gran
potencia económica y ecológica del nuevo siglo".

Su objetivo es la creación de una "unión de países suramericanos". Con una
moneda única y un parlamento supranacional elegido por todas la naciones
miembros. Ya existen antecedentes regionales de este proyecto político y
económico, como son la Comunidad Andina (integrada por Colombia, Ecuador,
Perú, Venezuela y Bolivia) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), creado por
Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia en 1996, al que se han unido
posteriormente Chile, Perú, Venezuela, Ecuador y Colombia.

El 9 de diciembre de 2004 los gobernantes regionales aprobaron la
"Declaración del Cuzco sobre la Comunidad Suramericana de Naciones". Dichos
mandatarios, en el marco de la III Cumbre Presidencial Suramericana,
decidieron conformar la CSN "siguiendo la propuesta ideológica de los
líderes que en el siglo XIX dirigieron el proceso independentista en el sur
del Continente", como Simón Bolívar y José de San Martín, quienes soñaron
con una "patria grande sin fronteras".

El acta fundacional fue firmada por los jefes de Gobierno de Brasil, Perú,
Bolivia, Colombia, Chile, Guyana, Suriname, Venezuela, Argentina, Uruguay,
Ecuador y Paraguay. Más adelante, los países miembros de la CSN decidieron
poner en marcha una comisión que se encargue de impulsar y dar seguimiento a
la creación de ese nuevo bloque de integración regional, estableciendo un
calendario y una lista de metas a ser cumplidas.


Un arca de Noé de la biodiversidad

De acuerdo con los datos provistos por Ecoportal, este bloque geopolítico
nace con grandes ventajas. La futura Comunidad Suramericana tiene un área de
17 millones de kilómetros cuadrados que alberga a 361 millones de personas,
más de la mitad de ellas en Brasil (el presidente brasileño, Luiz Inácio
Lula da Silva, desempeña la presidencia pro témpore de la CSN). Igualmente
posee el 27% del agua dulce del planeta, 8 millones de kilómetros cuadrados
de bosques, recursos comprobados de gas y petróleo para un siglo y el
liderazgo mundial en la producción de muchos productos alimenticios.


Analistas señalan que "la ventaja que la CSN podría tener ante la UE es que
es más homogénea desde el punto de vista cultural, idiomático, religioso e
histórico. Mientras que en los países de la UE hay más de 25 lenguas
oficiales y fuertes minorías religiosas, el 95% del subcontiente entiende
dos lenguas que son mutuamente inteligibles (español y portugués) y practica
el cristianismo (sobre todo el catolicismo). Mientras Europa libró dos
guerras totales, Suramérica nunca ha tenido tal clase de confrontación".

Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN) destaca que el Sub continente Suramericano es una de las zonas más
valiosas en términos de biodiversidad del planeta: la mayor diversidad
florística del mundo se encuentra en la región, disputada con valores
máximos por hectárea de selva tropical entre la Mata Atlántica del Brasil,
el sureste amazónico del Perú (Tambopata) y el occidente de Colombia
(Chocó); con la mayor riqueza de flora de alta montaña del mundo en los
Andes del norte.

Igualmente, informa la UICN, América del Sur contiene aproximadamente 90.000
especies de plantas vasculares (comparadas con las 30.000 especies en el
África Sub Sahariana y las 35.000 de Asia tropical, Australia y el
Pacífico). La cordillera de los Andes alberga la mayor concentración de
especies de aves de todo el mundo. A manera de ejemplo, sólo en Ecuador (con
una superficie de 283 mil kilómetros cuadrados aproximadamente) se
encuentran más especies de aves que Canadá y la región continental de
Estados Unidos juntos (con más de 19 millones de kilómetros cuadrados). El
récord en especies en la región lo tiene Perú con 1.784 especies de aves
aproximadamente.
Asimismo, la mayor riqueza de mamíferos se encuentra en las zonas áridas,
sabanas tropicales y selvas de transición del continente, llegando a
contabilizar en algunos casos hasta 423 especies de mamíferos en Brasil. En
cuanto a anfibios, el mayor número de especies del sub continente se
encuentra en Colombia (585 especies).

De la misma manera, la organización Conservation International (CI) subraya
que en esta parte del mundo se encuentran varios "hot spots", es decir,
ecorregiones de alta biodiversidad, como son los Andes Tropicales, la zona
Chocó-Darién-Occidente de Colombia y Ecuador, Brasil, la Región Central de
Chile, y Tierra del Fuego (en el extremo sur
de América).Expertos en biodiversidad explican que los "hot spots" ocupan
menos del 5 porciento de la superficie del planeta y conservan alrededor del
50 por ciento de las especies del globo. Entre estos colosos de la
megadiversidad se encuentran Colombia, Brasil, Perú, Ecuador, la Amazonía
brasileña y el sur de Venezuela quienes podrían llegar a ser grandes
potencias en dos de los grandes negocios con mayor proyección económica
hacia el futuro: la biotecnología y el biocomercio, proporcionando materia
prima para las industrias farmacéuticas, cosméticas y alimenticias.

Bancos de agua del planeta

Como ya se mencionó anteriormente, la CSN es también uno de los grandes
reservorios de agua potable del mundo (el otro es Canadá). Uno de estos
bancos de agua de la región es el denominado Sistema Acuífero Guaraní, una
de las reservas de agua subterránea más grandes de la Tierra, ocupando un
área de alrededor de 1.190.000 kilómetros cuadrados (superficie mayor que
las de España, Francia y Portugal juntas) por lo que también en un momento
se le denominó "el Acuífero Gigante del MERCOSUR".


Hasta antes del relativamente reciente descubrimiento de que realmente se
trata de un sistema interconectado, el acuífero se conocía, en sus diversas
localizaciones geográficas, bajo los nombres de Botucatu en Brasil, Misiones
en Paraguay y Tacuarembó en Uruguay y Argentina. En los cuatro países que
conforman el MERCOSUR, el acuífero se distribuye de la siguiente manera: En
Brasil abarca una superficie de aproximadamente 850.000 kilómetros cuadrados
(correspondiente al 9,9% del territorio); en Argentina 225.000 kilómetros
cuadrados; (7,8%) en Paraguay 70.000 (17,2%); y en Uruguay 45.000 (25,5%).
Conscientes de la necesidad de preservar este estratégico "banco de agua
potable", los cuatro países miembros del MERCOSUR pusieron en marcha el
Proyecto para la Protección Ambiental y el Manejo Sustentable del Sistema
Acuífero Guaraní, con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente
(GEF, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial (BM) y la Organización de
Estados Americanos (OEA).

Los países que ejercen soberanía sobre el Sistema Acuífero Guaraní esperan
obtener, mediante un uso sustentable, abastecimiento de agua y energía para
el futuro cercano. También, al tratarse de una región del mundo carente de
conflictos, se espera que la industria mundial de sectores relacionados con
la utilización del agua participe en la explotación racional de este
importante recurso.

Otra de las grandes reservas de "oro azul" (denominación que ha recibido el
agua potable en los últimos tiempos) ubicada en el corazón de Sudamérica es
el Pantanal, que cubre 165.000 kilómetros cuadrados (casi la misma
superficie que España) en Brasil, Bolivia y Paraguay.
Considerado el principal humedal de agua dulce del mundo, el Pantanal es un
complejo rompecabezas de lagos, lagunas, ríos, bosques e islas con intensa
vegetación. Con un terreno seco la mitad del año que se convierte en laguna
llana en la restante mitad, el Pantanal es el hábitat de miles de especies
animales, entre ellas 650 de aves, más de 190 de
mamíferos, 50 de reptiles, más de 1.100 de mariposas y 270 de peces. Sus
posibilidades como destino ecoturístico mundial son inmensas.

Sumideros de carbono contra el Cambio climático

Otra de las riquezas que pueden marcar el futuro económico de esta Comunidad
Suramericana de Naciones son sus grandes masas de bosques tropicales, no
sólo mediante el aprovechamiento racional y sostenible de los recursos
forestales que allí se encuentran, sino también debido a su potencial como
sumideros de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases causantes del efecto
invernadero y el consecuente calentamiento del planeta.


El Protocolo de Kyoto, convenio internacional que coordina los esfuerzos
globales para solucionar el Cambio climático, contempla el pago de dinero a
aquellos países que posean bosques destinados a la captura de CO2,
impidiendo su liberación a la atmósfera.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señala tres grandes superficies
boscosas en América del Sur: la Amazonía, la Mata Atlántica y el Chocó
Biogeográfico.

La selva amazónica, quizás la más conocida, arropa al Río Amazonas de 6.275
kilómetros de longitud (casi dos tercios de los cuales son navegables), y
que se considera la red fluvial más extensa y caudalosa del mundo, con unos
100.000 metros cúbicos por segundo en su desembocadura en el Atlántico.

La Amazonía es una amplia región natural que se extiende de norte a sur
entre el macizo de las Guayanas y el escudo o macizo brasileño, y este a
oeste desde el océano Atlántico hasta la cordillera de los Andes. Su enorme
superficie, 7.000.000 kilómetros cuadrados, ocupa los territorios de Brasil,
en su mayor parte, y en menor proporción los de Colombia, Ecuador, Perú,
Bolivia, Venezuela, Surinam, Guyana y la Guayana francesa.

Por su parte, la Mata Atlántica formaba junto con la selva amazónica el
conjunto de los dos mayores y más importantes bosques del continente. A la
llegada de los colonizadores europeos en 1500, cubría una extensión de
aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados del territorio brasileño.
Hoy sólo queda un 8% del bosque original.
Según estudios realizados por el Jardín Botánico de Nueva York existe más
diversidad de más plantas y animales en una hectárea de la Mata Atlántica
que en toda Alemania. Debido a ello ha sido declarada Reserva de la Biosfera
por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO).

Finalmente, la ecorregión Chocó-Darién es una franja costera de más de 19
kilómetros de extensión, que abarca desde el Canal de Panamá hacia el
oriente, continuando por la vertiente Pacífica de Colombia y del norte de
Ecuador, hasta el Cabo Pasado en la provincia ecuatoriana de Manabí.
Comprende toda la región desde el nivel del mar hasta la divisoria de aguas
de los Andes Occidentales en Colombia y Ecuador, desde los 0 metros hasta
4.000 metros o más de altitud.

Conservation International anota que la ecorregión Chocó-Darién incluye
ecosistemas que abarcan desde bosque húmedo tropical de tierras bajas hasta
bosques montanos y páramos en las estribaciones de los Andes, tales como
manglares, matorrales, pastizales húmedos, humedales y bosques aluviales,
bosque húmedo de tierras bajas (bosque húmedo tropical), bosques montanos,
páramos y bosques secos.Sin lugar a dudas la Comunidad Suramericana de
Naciones posee recursos y capital humano de sobra para convertirse en una
potencia emergente del calibre de China (dentro de un sistema democrático).

Sin embargo este subcontinente megadiverso, mestizo y mágico todavía debe
superar sus contradicciones históricas de desigualdad, pobreza y rivalidades
entre vecinos para poder entrar de lleno en el nuevo milenio consolidando
una propuesta combinada de paz social, desarrollo sostenible y democracia
participativa en el hemisferio.

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