29 octubre 2006

MEXICO LINDO (Oaxaca)

Por Alberto HíjarEsto EsMéxico1. Para el Senado, los diputados y las radiotelevisoras, es mejor ignorar a los asesinados durante el conflicto de Oaxaca. Dos por mes, plantean los mercadotécnicos para orientar el desprecio político por los crímenes reducidos a incidentes casuales o puntadas de borrachos. Se calla así el problema paramilitar, orgánicamente necesario a los Estados antipopulares en tiempos en donde el neoliberalismo considera toda protesta popular, enemiga del progreso y la estabilidad. De aquí la razón de exigir la salida de Ulises Ruiz, síntesis del poder corrupto que no dudó en atacar por tierra y aire al plantón de maestros en el centro de Oaxaca.Grupos de elite, llaman las fuerzas armadas y las policías a los adiestrados y equipados para atacar movilizaciones populares. De identidad abierta e intimidatoria, estos grupos se completan con los paramilitares que infiltran, secuestran, torturan, provocan y asesinan, según instrucciones superiores. Con alguna señal, solicitan la protección y complicidad de los grupos de elite, a su vez subordinados al mando central militar. Así fue con el Batallón Olimpia y sus guantes blancos en Tlatelolco 1968, con los Halcones en 1971 y así es en las incursiones de madrugada en alguna de las 3 mil barricadas de la APPO o en las veredas de pueblos y comunidades a las que hay que escarmentar con el típico mensaje para quien deba entenderlo. El asesinato más reciente del 21 de octubre, el de Alejandro López de Llano Palmar, fue en Los Loxicha, región en estado de sitio y hostigamiento militar y paramilitar desde que se sospecha que de ahí salieron combatientes del EPR a atacar el retén de La Crucecita. El anterior asesinado, Pánfilo Hernández, era de Zaachila, el primer municipio gobernado por la APPO, cuyo presidente municipal instaló solemnemente el plantón al lado del Senado. ¿Para qué encarcelar a Mendoza Nube con todo y su silla de ruedas?: para intimidar al FPR del que aún es dirigente. ¿Por qué Erangelio Mendoza?: porque fue colaborador de alguna organización guerrillera. ¿Por qué balacear la calle donde vive Francisco Toledo?: para avisar a intelectuales y artistas que no se metan. Los asesinatos en las barricadas tienen la obvia intención de mostrar las debilidades de la autodefensa popular y el peligro extremo de asumirla personalmente. El accidente que puede no serlo de los cinco caídos en Nochixtlan al regreso del D.F., se suma a una historia que cuenta con el trailer que arrolló al automóvil de Manuel Clouthier o la precipitación a un barranco del exgobernador de Yucatán, Carlos Loret de Mola. La certeza de esta historia de paramilitares y escuadrones de la muerte, aclara el poder del Estado contra los pueblos en lucha.

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