


Desde la distancia, cuando el auto tomó una curva y la vimos por primera vez, yo no podía creer que la extraña estructura que estaba ahí delante fuera real.
Una torre de concreto de 40 pisos de alto se erguía bañada por la blanca luz del Sol; una imagen por demás extraña en medio del campo andaluz.
Parecía que estuvieran mojándola con gigantes mangueras, o rociándola con chorros de gas. Me constó bastante entender qué era exactamente.
De hecho, a medida que nos acercamos, percibimos que se trataba de los rayos de sol reflejados por un campo de 600 espejos gigantes.
La luz es tan intensa que ilumina el vapor de agua y el polvo que hay en el aire.
El efecto que produce es ese brillo -o aura- que tiene el lugar. Y si a usted le preocupa el cambio climático, puede quedarse bien tranquilo.
Es la primera planta solar de Europa que comercializa la energía que produce con espejos.
La empresa que la opera, Solúcar, se enorgullece de generar 11 MW de electricidad sin emitir ni una bocanada de los gases que producen el efecto invernadero.
Para producir electricidad, hace converger los rayos del Sol reflejados por los espejos para calentar agua, que se convierte en vapor y mueve turbinas generadoras.
Cuando bajé del auto, apenas podía abrir los ojos por la intensidad de la luz. De a poco, y protegido con lentes de sol, pude descubrir las hileras de espejos -cada uno de 120 metros cuadrados- y el punto donde se concentraba toda la luz: una serie de caños de agua en lo alto de la torre.
Probablemente fue efecto del calor, pero el hecho es que logré subir hasta lo alto; hasta el centro del infierno de calor solar.
Sintiendo el calor
Un ascensor nos transportó a mí y al camarógrafo hasta lo alto, pero los últimos cuatro pisos debimos subirlos por escalera.
Pronto sentimos el calor, a pesar de las capas de aislante que recubren las calderas.
La meta es alimentar de electricidad a toda Sevilla.
Era como estar en un sauna; cuando ya estábamos por llegar, los mismos travesaños de la escalera hervían.
Pero la recompensa fue la brisa fresca en lo alto de la torre, y la vista encandilante de la plantanción de espejos enfocando hacia nosotros.
Por ahora funciona solamente uno de los campos de espejos, pero a su lado, varias máquinas excavadoras limpian un segundo terreno donde se "plantará" miles de reflectores más.
La planta pretende llegar a generar energía suficiente para satisfacer las necesidades de los 600.000 habitantes de Sevilla.
La salida del vapor
Me reuní con uno de los gurús de la energía térmica solar, Michael Geyer, el director internacional del gigante energético Abengoa, dueño de Solúcar.
Geyer se defiende con presteza de cada una de mis preguntas con trampa.
¿Qué ocurre al anochecer? Se puede almacenar energía suficiente en forma de vapor para generar energía por la noche. Ahora sólo durante una hora, pero en el futuro puede ser más.
De todos modos, el mayor consumo de energía en esta región se da durante el día en medio del verano abrasador, cuando los sistemas de aire acondicionado no dan abasto.
Los rayos del Sol transforman agua en vapor para mover turbinas.
¿Es cierto que este tipo de energía cuesta tres veces más que otras fuentes de energía? Sí, pero los costos van cayendo -igual que lo que ocurrió con la energía eólica, generada con viento-, a medida que la tecnología avanza.
Por otro lado, la comparación más realista es con el costo de la enegía producida con carbón o gas en tiempos de alto consumo. En este caso es que la energía térmica solar resulta más atractiva.
Mirando al futuro, la visión es la de las soleadas tierras mediterráneas -incluso el desierto del Sahara- alfombradas de espejos, enviando energía hacia las zonas más nubladas del continente.
Proyectos deslumbrantes en zonas bañadas de Sol. tomado de Aqui
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