14 noviembre 2007

El Rey que rabió y nosotros, sus vasallos

EL CENTENAR DE periodistas españoles acreditados en la Cumbre Iberoamericana estuvo a punto de hacer colapsar sus teléfonos celulares y correos electrónicos con los despachos urgentes de crónicas y notas. La razón fue que varios discursos de mandatarios latinoamericanos centraron sus críticas más duras en la política exterior del gobierno hispánico y en la conducta prepotente y aprovechadora de algunos empresarios españoles. ¡¡El rey se había enojado!! ¡¡Dios santísimo, Su Majestad estaba molesta!! ¡¡Virgen de los azules cielos…el Monarca tenía un pedo atravesado!! ¡¡Santos evangelistas…un par de sudacas habían osado levantarle la voz en público al representante de Dios en la Tierra!! Todos los descendientes de la aristocracia y la nobleza europea radicados en Chile, debían unir sus voces para reclamar.

Hubo quien lo hizo incluso en el programa ‘Tolerancia Cero’ (Chilevisión). Allí pudimos observar a un hiperventilado panelista, el periodista Matías del Río, haciendo parafernalia del terror con ataques a Hugo Chávez, a Ortega y a todo aquel que pudiese ‘oler’ a izquierda. Tantas fueron sus babosadas, que el propio Fernando Villegas tuvo que salir a enmendarle la plana e introducir alguna dosis de cordura. Y decir que Villegas ha salido a enderezar entuertos provocados por derechistas en el canal televisivo de Sebastián Piñera equivale a reconocer que Matías y el ministro de Pinochet, Sergio Melnick se habían ido al chancho con sus declaraciones.

Pero más allá del escándalo propiciado y aventado por fascistas de pelajes varios, así como por algunas beatas chilenas que creen ser parte de una inexistente aristocracia sólo por el simple expediente de tener algunas ‘erres’ en sus apellidos y ser además muy, pero muy ignorantes y tontorronas (incluso algunas de ellas se encuentran en cargos públicos), debemos, necesariamente, preguntar: “oye tú, Juan Carlos…quién eres en realidad?”.
TOMADO DE AQUI

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